Rutina de cuidado facial con hierbas: simples, suaves y efectiva

Las hierbas forman parte de mi rutina de cuidado de la piel desde hace años, no porque estén de moda, sino porque actúan de forma suave y ayudan a que mi piel se sienta equilibrada y cuidada. Si tienes curiosidad por incorporar más ingredientes naturales en tu rutina, aquí tienes algunas de mis hierbas favoritas y formas muy sencillas de utilizarlas en casa.

Aloe Vera (mi calmante favorito para la piel)
Si solo pudiera tener una planta en mi estantería, sería el aloe. Siempre que mi piel se siente irritada o seca, rompo una hoja, extraigo el gel y aplico una capa fina como mascarilla calmante durante 10-15 minutos. También puedes triturar el gel y guardarlo en la nevera unos días; aplicado frío es una maravilla. Lo uso después del sol o cada vez que mi piel necesita un pequeño reinicio.

Caléndula (cuidado suave para piel sensible)
La caléndula es una de esas hierbas que se siente como un abrazo para tu piel. Me encanta preparar un té sencillo: infusionar una cucharada de pétalos secos en agua caliente, dejar enfriar y usarlo como enjuague facial calmante o compresa. Basta con empapar un paño suave en el té y colocarlo sobre el rostro unos minutos. Es increíblemente reconfortante en días en que la piel se siente estresada o reactiva.

Raíz de regaliz (para iluminar y unificar el tono)
Si quieres trabajar sobre manchas oscuras o falta de luminosidad, la raíz de regaliz puede ser una heroína silenciosa. Me gusta usar agua infusionada en regaliz como tónico casero iluminador. Hierve una cucharadita de raíz seca en una taza de agua durante 5–10 minutos, deja enfriar y aplica con un disco de algodón. Es un añadido suave a la rutina y combina bien con sérums y cremas.

Té verde (refuerzo antioxidante)
El té verde no solo es bueno para beber, también le encanta a tu piel. Prepara una taza, deja enfriar y viértela en un spray para un mist antioxidante rápido y refrescante. Yo lo guardo en la nevera y lo aplico antes de la crema hidratante o cada vez que mi piel necesita un “despertar” durante el día.

Árbol de té y hamamelis (para días con piel grasa o propensa a imperfecciones)
Cuando tengo los poros obstruidos o exceso de brillo, recurro a estos dos. El aceite de árbol de té es potente, así que siempre lo diluyo: una gota en una cucharadita de aceite portador (como jojoba) funciona como tratamiento puntual. El hamamelis va muy bien como tónico ligero y aclarador; lo aplico tras la limpieza para mantener la piel fresca sin resecarla.

Las hierbas no son la solución a todo, pero son herramientas maravillosas para cuidar tu piel de forma suave y natural. Si pruebas alguna de ellas, haz primero una prueba en una zona pequeña y observa cómo reacciona tu piel. Tu rutina debe sentirse como un momento de cuidado, no de estrés.

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